El Distrito Federal se caracteriza sobre todo por el tránsito vehicular; los automóviles de un lado a otro son parte de las imágenes que identifican a la gran urbe. El transporte público ha ayudado a desahogar el tráfico y eficientizar a la ciudad, pero hasta estos medios alternos sobrepasan día con día su capacidad. Mientras tanto, hay un transporte que cada vez se vuelve más notorio en las calles: la bici.
Cada jornada, este medio de transporte recluta nuevos seguidores como Mariana Sánchez, quien comenzó a utilizar la bicicleta cuando su mejor amigo le regaló una tras la muerte de su madre, hace seis años. Fue así como Mariana conoció a la organización Bicitekas, donde hoy es coordinadora. Su objetivo dentro de la entidad, dice, es que los capitalinos volteen a ver la bici como una opción “económica, saludable e independiente”.
Uno de lo atractivos de la bicicleta es el tiempo. La coordinadora de Bicitekas asegura que en viajes menores a los 20 kilómetros la bici resulta la mejor opción, pues prácticamente es lo mismo que un automóvil, que para variar, se atora en varios puntos de tránsito. Para muchos, representa una válvula de escape, una nueva manera de percibir la ciudad. Así la perciben comerciantes, estudiantes, oficinistas, recepcionistas, abogados, servidores públicos, activistas, fotógrafos, cocineros, periodistas, músicos e ingenieros, tres por ciento de la población capitalina que por gusto, necesidad o por la saturación de otros medios de transporte, utilizan la bicicleta para trasladarse en esta jungla de concreto.
“Andar en bici está de moda,” dice Arturo García Reyes, presidente de la Asociación de Ciclismo Recreativo y Competitivo del Distrito Federal A.C, una de las organizaciones ciclistas más importantes a nivel nacional. “El incremento del uso de la bicicleta comenzó con dos grandes aportaciones -añade García Reyes- El primer gran paso, y el más ineludible, fue la creación del ciclista como figura jurídica; el segundo, es la construcción de la infraestructura necesaria para el uso de la bici como medio de transporte en la ciudad, que aún está en proceso. Ahora lo que hace falta ampliar urgentemente es la cultura de respeto a los ciclistas en las vialidades, de los automovilistas y de la sociedad en general” concluyó el presidente de la asociación.
Y es que andar en dos ruedas aún no es seguro en la capital. Ha habido muertos. Automovilistas fúricos no son capaces de entender lo vulnerable que es trasladarse en bicicleta por esta ciudad. De acuerdo con el Centro Nacional para la Prevención de Accidentes (Cenapra), durante 2010 fueron atropellados más de 6 mil ciclistas en todo el país (doce en la Ciudad de México) lo que pone de relieve el tema sobre la seguridad de los ciclistas, pues más allá de ser meras estadísticas, es un asunto de respeto y conciencia ciudadana sobre otras posibilidades de movilidad.
Una organización que se ha dedicado a defender los derechos de los ciclistas es Bicitekas, quien además de hacer presión para incidir en las políticas públicas así como en la planificación y gestión territorial de la ciudad, aboga y hace honor a los ciclistas muertos en accidentes viales. Sus bicicletas fantasmas cuelgan como ofrendas a través de la ciudad, marcando los lugares donde algún ciclista fue atropellado debido a esta falta de cultura.
“El propósito de las bicicletas blancas colgadas en postes es una manera de rendir honor y guardar un recuerdo en memoria de un biciteko muerto a causa de un accidente vial”, comenta María Elena Giesseman, presidenta de la asociación. “Esto lo hacemos con la finalidad de hacer conciencia y promover una cultura de protección hacia nosotros los ciclistas.”
Otra organización que ha exigido el respeto a los ciclistas en la capital es World Naked Bike Ride, un movimiento mundial que organiza protestas nudistas. El año pasado, junto con las asociaciones ciclistas capitalinas, recorrió las principales avenidas y lugares céntricos de la capital buscando la atención y el respeto por parte de los automóviles.
“Sí se puede andar en bici, pese a los peligros y a pesar de los automovilistas encolerizados que, a la primera, descargan su furia contra el ciclista que se les atraviese…,” afirma Mariana.
También el Gobierno del Distrito Federal ha contribuido. La Estrategia de Movilidad en Bicicleta, desarrollada por la Secretaría de Medio Ambiente capitalina busca hacer de la bicicleta una alternativa viable y segura, además de elevar el porcentaje de viajes diarios en bicicleta al 5% para 2012. Para culturizar a los chilangos sobre el uso de la bicicleta y el respeto para quienes andan en ella; ha impulsado diferentes actividades, entre ellos el programa Muévete en Bici, circuito dominical de 14 km a través de Paseo de la Reforma que recibe cada domingo un promedio de 13 mil ciclistas, y el Ciclotón de la Ciudad de México, que en 2010 contó con la participación de 35 mil bicicleteros.
Con la implementación de Ecobici, que en febrero del año pasado se presentó como el nuevo sistema de transporte urbano individual, se procedió a integrar la bici al transporte mediante diversas acciones, entre ellas la construcción de carriles exclusivos, ciclovías Reforma, San Cosme y Buenavista, con un total de 21 km.
También se hicieron los debidos cambios al reglamento de tránsito del Distrito Federal. Para los que no saben, el ciclista es el segundo elemento mas importante en cuanto vialidad se refiere, solo por debajo del peatón. Debe acatar reglas simples como llevar a bordo sólo el número de personas para el que exista asiento, rebasar sólo por el lado izquierdo e indicar la vuelta con los brazos; igualmente, abstenerse de lugares comunes en ciclistas urbanos: transitar entre carriles, circular por la banqueta, transportar más personas que lo debido. Para que esta revolución funcione, hay que ponerse de ambos lados.
El ciclismo urbano pareciera empezar a posicionarse entre los capitalinos, sobre todo a raíz de programas como Ecobici. De ahí a que la bici realmente se posicione como un método de transporte competitivo, primero debe ser comprendido y validado por los demás medios de transporte y la sociedad.
Es innegable que cada día los ciclistas adquieren más derechos y se van adueñando de espacios. Esto ya se ha empezado a vislumbrar gracias a Ecobici, que solamente durante su primer año de operaciones, reclutó a 25 mil nuevos ciclistas. Pero aún hay mucho por hacer. No solo fomentar el uso de la bici, también es indispensable incrementar la oferta de espacios de descanso y recreación, construir parques y jardines, implementar más espacios para los peatones, anchar las banquetas y reducir el espacio para los coches. De otra forma, el derecho a la ciudad será ejercido únicamente por las y los automovilistas.
Hay que asegurar que los mismos ciclistas respeten los derechos de los demás integrantes de la urbe. La Secretaría de Seguridad Pública del DF (SSP-DF) actualmente analiza la posibilidad de creación de un reglamento para los ciclistas capitalinos, ya que muchas veces y ante el miedo a los automóviles, invaden los espacios de los peatones. También se deben atender las deficiencias del reglamento de tránsito vehicular, ya que éstas podrían seguir afectando el uso de una bicicleta en la ciudad. Un ejemplo de esto, que sigue poniendo en riesgo a peatones y ciclistas, es que no se eliminó la vuelta continua a la derecha.
Se estima que para finales de 2011, cuando el programa Ecobici termine su segunda fase de crecimiento, el sistema contará con 265 cicloestaciones y 241 mil nuevos ciclistas. Estará presente para los transeúntes y habitantes de las colonias Condesa, Hipódromo Condesa, Juárez, Cuauhtémoc, Polanco, San Miguel Chapultepec, Escandón, San Rafael, Buenavista, Doctores, Roma y Centro Histórico.
En una ciudad donde cada uno respeta el espacio y los derechos del otro, la bicicleta tiene el potencial de ser una herramienta de transformación del ámbito urbano y del hábito de las y los ciudadanos.
“Nuestro lema lo deja claro: Por ciudades más humanas”, puntualiza Mariana Sanchez de Bicitekas. “Y es lo que queremos. Una convivencia sana; que se cree una cultura, que compartan el espacio los automovilistas, los peatones y los ciclistas; que se mejore la calidad de vida. Sí se puede”, reafirma la ciclista.
Sí se puede. Pedaleando para transportándose en dos ruedas, los ciclistas llevan a cabo una revolución, que lenta y silenciosamente se empieza a adueñar de la ciudad. Es posible si, como Arturo García Reyes, presidente de la Asociación de Ciclismo Recreativo y Competitivo del Distrito Federal A.C., nos repetimos que “La vida es como andar en bicicleta: siempre en equilibrio y hacia delante”.
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